No es secreto para nadie que la vida, tiene sus momentos oscuros y tormentosos, que nos pone a prueba de dura manera, momentos en que muchas veces los miedos, el estrés y la angustia toman el control de nuestras acciones, cuestionando seriamente nuestro carácter, nuestra valía, nuestras creencias y circunstancias.
De pronto tu voz interior te despierta ¡Rompe tus cadenas! repitiendo una y otra vez, ¡Rompe tus cadenas! tu mente responde, ¿para qué? ¿Qué beneficio tiene romper las cadenas, si lo único que voy a ganar es enfrentar nuevamente a la tormenta que tanto me lastima? prefiero seguir con mis cadenas que arriesgarme a ser lastimado nuevamente. Entonces un mensaje llega a ti disfrazado del recuerdo de un buen amigo que te dijo «La libertad, es uno de los más preciosos dones que a los Seres Humanos les dieron los cielos; ella no puede igualarse a los tesoros enterrados en la tierra o sumergidos en el mar, por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede caer sobre una vida ».
Fue entonces que sentí la bendición de Dios, esa presencia que sostiene toda la realidad, la inteligencia suprema que imagina y crea, derrumbando las murallas de mis miedos, odios, creencias, paradigmas y condicionamientos, por fin me sentí libre… por fin me sentí…¡verdaderamente vivo!.
Mi mente humana no me alcanza para entender si quiera un poco de lo que Dios es, solo puedo tratar de acercarme a este gran misterio desde mi limitado entendimiento.
Que lejos están las organizaciones que buscan representar a Dios en la tierra de lograr ese cometido. Buscar encajonar a un Dios Vivo en viejas tradiciones, escritos y organizaciones humanas no es la mejor opción.
Hoy me pregunto ¿Qué o quién es Dios?
¿Cómo puedo mirarlo sin las fobias de mis ancestros?
Así es Dios es inmenso en todos los sentidos, quien a pesar de todo, siempre está para nosotros, Qué grande es!!
ResponderEliminarAsí es Dios lo es todo!!
ResponderEliminarEs como querer tapar el sol con un dedo, su Luz siempre brillará sin importar los tiempos transcurridos. Dios es atemporal
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