viernes, 15 de agosto de 2025

"La raíz de tus deseos: ¿libertad o programación?"

Decían los antiguos Vedas que los seres humanos somos definidos por nuestros deseos más profundos. Poderosa declaración que no hay que tomar a la ligera, ya que, si hacemos un acto de autoanálisis, veremos que lo que anhelamos, en muchos casos, dirige nuestros pensamientos; los pensamientos moldean nuestras palabras y acciones, y estas, a su vez, nos conducen a la búsqueda del cumplimiento —o la frustración— de ese deseo.

Deepak Chopra lo resume con maestría, por lo que la reflexión de estas breves líneas descansa sobre dos cuestionamientos: ¿Qué es lo que deseas? y ¿Quién está plantando la semilla de esos deseos?

Para responder estas preguntas tenemos que partir de una reflexión personal sincera y cuestionarnos cuáles son nuestros deseos más profundos. Aquellos… ¿qué deseas? Sería provechoso que tomaras lápiz y papel, o los anotaras en algún dispositivo. Una vez hecho esto, pregúntate: ¿por qué deseas lo que deseas?

Hoy en día, nuestros deseos no están constituidos únicamente por nuestras experiencias o aspiraciones internas, sino por el devenir de un flujo constante de estímulos diseñados por otros. La vida en sociedad y los círculos sociales más cercanos a los individuos históricamente han cumplido con esta función: influir en los deseos personales alineados a los esquemas culturales y de valores del grupo social. Sin embargo, la realidad actual, inundada por las redes sociales, medios de comunicación y algoritmos que gobiernan lo que se difunde y lo que no, trabaja en silencio. No solo para mostrarnos el mundo… sino para moldear lo que queremos de él.

Antiguamente, los deseos solían gestarse en la experiencia directa: la convivencia, la observación de la naturaleza, el contacto con la comunidad. Hoy, gran parte de nuestras aspiraciones nacen en una pantalla. Un anuncio perfectamente segmentado, un “influencer” exhibiendo su estilo de vida, una tendencia viral… todo esto va programando nuestra mente para anhelar cosas que quizás nunca hubiéramos considerado.

Y lo más inquietante es que no lo notamos. Creemos que esos deseos son nuestros, pero en realidad fueron sembrados con precisión quirúrgica.

Si seguimos la secuencia védica —deseo → pensamiento → palabra/acción— veremos que, al controlar el primer eslabón, se controla todo el resto. Los algoritmos no necesitan dictarnos qué hacer; basta con sembrar el deseo correcto para que nuestro propio pensamiento y comportamiento lo hagan realidad. Un ejemplo simple: si una red social detecta que empiezas a interesarte por cierto estilo de vida, te bombardea con imágenes y contenidos similares. Poco a poco, tu mente lo asume como algo valioso, normal y deseable.


Es un ciclo silencioso, pero tremendamente efectivo.

Muchos defienden que las redes “solo muestran lo que nos gusta”. Sin embargo, esta afirmación es incompleta. Las plataformas no solo reflejan intereses: los amplifican, los dirigen y, en ocasiones, los crean desde cero. Creemos que elegimos, pero muchas veces solo respondemos a una arquitectura invisible de persuasión. El control del deseo es el control de la narrativa interna de cada persona.

Los Vedas entendieron hace milenios que el deseo es la raíz de nuestra existencia consciente. Hoy, esa raíz sigue siendo la misma, pero el suelo en el que crece está lleno de fertilizantes artificiales diseñados por corporaciones, anunciantes y arquitectos de la atención.

No se trata de demonizar la tecnología, sino de recuperar la autoría de lo que queremos. Preguntarnos: ¿esto que deseo viene de mí o me lo han sembrado?

Porque en el momento en que distinguimos entre deseo genuino y deseo inducido, recuperamos algo más grande que cualquier tendencia:  Nuestra Libertad Interior.


P.D. Muchas gracias por compartir.🙏


Con afecto 

 

Servir para Trascender

Miguel Vladimir Rodriguez Aguirre

 

 

3 comentarios:

  1. Es correcto estimado amigo Vladimir, en todos los ámbitos de nuestra vida familiar, académica, religiosa, política, etc., nos invaden con cambios gatopardezcos ( cambiar para no cambiar). Te envío un fuerte abrazo

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  2. Efectivamente estamos rodeados de dispositivos que detectan preferencias e intereses pero que emplean toda clase de estrategias mercadologicas para sembrar la semilla de necesidades( cosas que no ocupamos pero que nos hacen sentir que son indispensables en nuestras vidas) por lo que orientan nuestras compras. Gracias por compartir!!

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  3. Así es, crea la necesidad y lo demás está hecho!!!, saludos

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