sábado, 28 de junio de 2025

La Sagrada Curiosidad

 —¿Qué es más importante: la pregunta o la respuesta? —preguntó el Maestro con voz profunda y seria.

Nadie respondió. Entonces el Maestro prosiguió:

—¿Qué prefieres: preguntas sin respuesta o respuestas sin preguntas? He aquí el dilema humano de todos los tiempos: solemos elegir la respuesta cómoda, muchas veces carente de sentido, pero que satisface al ego y a la configuración de la mente, antes que el cuestionamiento, que exige reconocer el no saber para emprender la búsqueda y la construcción de nuevos horizontes del saber.

La pregunta es el cimiento del conocimiento y la semilla de la genialidad. Bien lo recordó Albert Einstein en una entrevista que William Hermanns le hizo en Princeton entre 1943 y 1954, recopilada años después en el libro Einstein and the Poet: In Search of the Cosmic Man (Branden Publishing, 1983, p. 138):

«No pienses en por qué preguntas; simplemente no dejes de preguntar.
No te preocupes por lo que no puedas responder y no intentes explicar lo que no sepas. La curiosidad es su propia razón. ¿Acaso no te sobrecoge contemplar los misterios de la eternidad, de la vida, de la maravillosa estructura detrás de la realidad? Y este es el milagro de la mente humana: usar sus construcciones, conceptos y fórmulas como instrumentos para explicar lo que el hombre ve, siente y toca.
Intenta comprender un poco más cada día. Ten una curiosidad sagrada».
—Albert Einstein

Cuida esa curiosidad sagrada en tu pensamiento: cuestiónate, duda, no te cases con ninguna idea. Busca flexibilizar tu sistema de creencias; desconfía incluso de estas palabras, pero jamás dudes de ti ni del sagrado don divino de cuestionar y cuestionarte.

El verdadero Maestro no impone respuestas a preguntas no formuladas; en su lugar, cuestiona, reflexiona y simplemente muestra el camino. Nos corresponde a cada uno decidir tomarlo y recorrerlo.


Con afecto 

 

Servir para Trascender

Miguel Vladimir Rodriguez Aguirre

  

 

sábado, 24 de mayo de 2025

La identidad perdida

Con gusto te saludarte y agradecer la oportunidad de volvernos a encontrar. Hoy quiero compartir contigo una reflexión que me ronda el alma desde hace tiempo.

No es secreto para nadie que vivimos en la era de la inmediatez, la validación constante y las apariencias. En este mundo, la verdad incómoda ha sido poco a poco desplazada por la mentira fácil, esa que mucha veces  se disfraza de consuelo, que evita el conflicto y nos ofrece una falsa sensación de seguridad. Pero, te has preguntado ¿qué precio estamos pagando por esta comodidad? ¿En qué momento dejamos de ser dueños de nuestro pensamiento? ¿Cuándo empezamos a repetir sin cuestionar y a conformarnos con la superficie?

La esencia humana, esa chispa única  de conciencia, de moral y autorreflexión  parece apagarse poco a poco. Hemos dejado cuestionar la percepción que tenemos de la realidad  empezando por nuestros propios pensamientos y paradigmas,¿Por qué pienso lo que pienso?  ¿Por qué veo este hecho desde este punto de vista? ¿Tengo razón o solo busco validar mis creencias?. Hemos normalizado  a adoptar creencias prefabricadas, heredadas o impuestas como propias, debido a que construir una visión personal requiere tiempo, esfuerzo, recursos, incomodidad y valentía. Al hacerlo, nos hemos alejado de nuestra capacidad de vivir con autenticidad.

Y no, esto no es casualidad las redes sociales, los discursos dominantes, los algoritmos que nos muestran siempre lo mismo y un sistema educativo cada vez más politizado nos empujan hacia un pensamiento predecible, cómodo y  polarizado. Aunque en apariencia abunda la diversidad de opiniones, muchas de estas ideas responden a los mismos intereses y provienen de las mismas fuentes. El pensamiento crítico verdadero, ese que desafía, transforma y a veces incomoda, parece cada vez más escaso.

Entonces, ¿qué hemos ganado? acaso ¿comodidad?, ¿paz? ¿prosperidad?, ¿aceptación social?; sin embargo nos hemos perdido en el camino. Hemos olvidado la Bendita oportunidad de ser nosotros mismos, bien lo decía el Ralph Waldo Emerson "Ser uno mismo en un mundo que no quiere que lo seas, es el mayor de los logros". Recuperar el pensamiento propio no es tarea sencilla, requiere de atención, silencio,  introspección, y  confrontación; pero sobre  todo  exige coraje para afrontar todo lo que implica el pensar diferente, para  buscar cercanos a esa utopia humana llamada  "coherencia".

Buscar recuperar nuestra autenticidad es un acto profundamente espiritual, ya que para hacerlo necesitamos   reconectarnos con nuestra voz interior, con la intuición que sabe sin necesidad de demostrar nada, y la vez es necesario  desconectarnos del ruido externo para volver a nuestro centro, es decir a nuestra esencial. 

En estos tiempos, necesitamos recordar que no estamos aquí para complacer ni para encajar, sino para crecer, para aprender, para vivir  y para lograr Ser; y  aunque la verdad incomode, aunque duela y nos sacuda, también libera. Y sólo cuando nos atrevemos a mirar más allá de lo popular y lo fácil, podemos reencontrarnos con lo correcto, lo auténtico, lo profundamente humano.

Hoy quiero invitarte a hacer una pausa. A desconectarte del ruido y a escucharte en silencio. Pregúntate: ¿Qué ideas repito sin haberlas pensado? ¿Qué verdades he ocultado por miedo? ¿Cuántas veces he preferido la comodidad sobre la verdad? ¿Dónde está mi esencia y qué necesito hacer para recuperarla?

El mundo no necesita más copias, necesita almas despiertas. Porque cuando una persona despierta, inspira a muchas más. Y quizás, solo quizás, ahí comience el verdadero cambio.


Con afecto 

 

Servir para Trascender

Miguel Vladimir Rodriguez Aguirre

 

jueves, 15 de mayo de 2025

Maestros(as) en tiempos de ruido: un homenaje al arte de educar

Educar, en el contexto contemporáneo, trasciende la mera transmisión de contenidos. Es una práctica ética, política y profundamente humana. Significa sostener el sentido, la escucha y el vínculo en una época que corre a toda velocidad, marcada por la inmediatez, la fragmentación y la tecnificación de casi todo lo que nos rodea. Enseñar no es solo explicar, es acompañar,  sembrar presencia y  cultivar esperanza.


Estamos inmersos en lo que algunos llaman "la tercera explosión del conocimiento". Donde  hay datos por todos lados, plataformas, algoritmos y pantallas. Y sin embargo, también hay vacio existencial, aislamiento emocional, desconexión profunda. En medio de ese ruido, el(la) Maestro(a) aparece como un puente: entre el saber y el Ser, como quien recuerda que aprender es una experiencia que necesita tiempo, paciencia, Amor y Valentía.


Educar, en los tiempos actuales implica  acompañar desde la humanidad,  significa ver al estudiante como una historia en construcción; ver  más allá del cuaderno, del informe, del examen. Es atender los gestos, los silencios, las preguntas que aún no se atreven a formularse. Sí,  educar también puede ser una forma de espiritualidad no porque hable de religiones, sino porque toca el alma. Porque es una forma de cuidado profundo, de vínculo real. En un mundo que privilegia lo rápido, lo útil, lo productivo, enseñar con conciencia es un gesto casi revolucionario. Es resistir desde la ternura, desde la coherencia, desde la intención.


Cada clase es un acto de fe en el otro, un acto de confianza, una apuesta silenciosa por lo que todavía no es, pero podría llegar a ser. Enseñar es  sanar;  sanar heridas del sistema, del abandono, de las expectativas frustradas. Es atreverse a mirar con amor incluso cuando hay cansancio. 


 Educar es  abrazar la incertidumbre, saber que no hay recetas, que no todo se puede planear, que muchas veces lo importante ocurre fuera del cronograma, en una pregunta inesperada, en la conversación al final de la clase,  es abrir grietas  en un sistema que muchas veces aplasta. Es habilitar la pregunta cuando todo quiere imponer respuestas. Es confiar en el proceso cuando se exige inmediatez. Es acompañar sin perderse. Enseñar sin dejar de aprender.


Gracias por acompañar procesos. Por poner cuerpo, voz y alma. Por hacer del aula un refugio, un laboratorio, una trinchera y una casa. Gracias por hacer visibles a quienes otros olvidan. Por apostar a lo posible incluso cuando todo parece imposible. 


Feliz día, Maestros(as). Que su luz siga irradiando, incluso cuando parezca que nadie la ve. Que su fuego interior no se apague. Que el sentido de esta tarea tan noble los abrace y los sostenga.


"Enseñar, al final, es sembrar humanidad. Y esa, quizá, sea la más hermosa de todas las revoluciones"

 



Con afecto 

 

Servir para Trascender

Miguel Vladimir Rodriguez Aguirre


viernes, 9 de mayo de 2025

Y Dios creó a la Madre: la encarnación del Amor Divino

  

Hay historias que no están escritas en los libros, sino en el susurro de lo eterno. Cuenta el Maestro que, en un momento sagrado del tiempo, cuando el mundo aún buscaba comprender el verdadero significado del Amor, Dios quiso ofrecer una imagen viva de su esencia más pura. Así fue como nació la Madre.


En su infinita sabiduría, Dios moldeó un cuerpo único. No era un cuerpo cualquiera, sino un santuario sagrado donde la vida tendría su génesis. Una semilla, apenas un suspiro, hallaría en ella la tierra fértil para crecer, latir, y florecer. Hizo de su vientre un universo 


Pero no era suficiente con crear vida. Dios deseaba algo más profundo: un amor que no pidiera nada a cambio, que supiera esperar, que abrazara incluso en el dolor. Entonces, la bendijo con un amor desinteresado, tan inmenso que sería capaz de sanar con una caricia, de iluminar con una palabra, de sostener con solo estar.


Le concedió una inteligencia aguda, pero también un misterioso sexto sentido. Un don sutil para percibir las angustias que no se dicen, para anticiparse a las lágrimas antes de que caigan. Las madres, dijo Dios, sabrán ver con los ojos del alma.


Sabía que proteger la vida sería tarea ardua. Por eso la dotó de una valentía feroz, de una fuerza implacable, de una energía que no conoce límites cuando se trata de cuidar a los suyos. Las madres —pensó— moverán mares, cruzarán tormentas y levantarán montañas por amor.


Finalmente, le encomendó la misión más delicada: ser el pilar cuando todo tiembla. Ser el consuelo cuando hay miedo. Ser la voz serena en medio del caos. Dios sabía que, en los días oscuros, los hijos volverían a su abrazo buscando refugio, y ella siempre estaría ahí: firme, presente, incansable.

 

Y así, en ese acto sagrado de creación, Dios regaló al mundo una de sus obras más sublimes: la Madre. No es perfecta, porque no se le pidió serlo. Es humana, pero también divina en su entrega, en su amor y en su presencia.

Hoy, al recordarlas, no solo celebramos a quienes nos dieron la vida, sino a quienes nos enseñan, cada día, lo que significa amar sin medida. Que cada abrazo de madre nos recuerde que, tal vez, Dios todavía nos habla… a través de ellas en su presencia y en su recuerdo. 


Con afecto 

 

Servir para Trascender

Miguel Vladimir Rodriguez Aguirre


sábado, 26 de abril de 2025

El espejo interno de nuestra realidad

 “Nadie ve el mundo como es; todos lo vemos según lo que somos” Stephen R.  Covey

 

Cada personalidad es única e irrepetible  desde el momento en que nacemos, comenzamos a construir una interpretación muy particular del mundo. Nuestras experiencias, creencias, paradigmas  valores, carácter y heridas moldean la forma en que percibimos la realidad, de tal manera que en esencia no vemos a las personas ni a los hechos  tal y como son, sino a través del lente de nuestras expectativas, miedos y deseos. Un mismo hecho puede ser vivido de maneras completamente diferentes por dos personas o mas personas. ¿Por qué? La razón radica en que  no reaccionamos ante lo que sucede, sino ante la interpretación que hacemos de de lo que nos pasa.

 

¿Cuántas veces hemos sentido que alguien fue “injusto” contigo, solo para descubrir después que quizás no había tal intención? ¿O tal vez te hemos admirando en otros(as) cualidades que secretamente anhelas desarrollar en ti mismo(a)?

 

 

Una de las máximas de algunas filosofías orientales radica en el concepto de que “Nuestro mundo exterior es una proyección de nuestro mundo interior”. Aceptar esta realidad puede ser profundamente liberador. Ya que deja de ser necesario cambiar a otros o controlar el entorno para sentirnos en paz. El verdadero trabajo comienza en nosotros mismos. Cada emoción que surge, cada juicio que emitimos, cada admiración que sentimos es una señal y a la vez un llamado al autoconocimiento.

 

Cuando alguien nos irrita profundamente, ¿qué parte de nosotros está reaccionando? Cuando alguien nos inspira, ¿qué sueño olvidado nos está recordando? La vida, entonces, se transforma en un espacio continuo de aprendizaje y crecimiento.

 

Reconocernos en los demás no significa justificar acciones dañinas ni perder nuestra capacidad crítica, sino desarrollar una mirada más compasiva, tanto hacia los demás como hacia nosotros mismos.

Si quieres cambiar tu mundo, empieza por preguntarte ¿Por qué reaccionas de una determinada manera ante una situación especifica?  o ¿Por qué piensas lo que piensas? Las siguientes preguntas pueden guiarte en tu reflexión

 

• ¿Desde qué emociones y creencias estoy mirando esta situación?

• ¿Qué historias internas me están coloreando esta experiencia?

• ¿Qué me está mostrando esto de mí mismo que aún no he sanado o fortalecido?

 

El trabajo interior, aunque desafiante, es infinitamente más poderoso que cualquier intento de cambiar el exterior. Al limpiar nuestros propios lentes, cultivando la empatía, el autoconocimiento y la humildad, empezamos a ver la vida con nuevos ojos: menos duros, más comprensivos y auténticos.

 

Hoy te invito a preguntarte: ¿qué parte de ti se refleja en lo que ves a tu alrededor? La próxima vez que te enfrentes a una situación desafiante o a una emoción intensa, haz una pausa y mira adentro antes de reaccionar. Recuerda: no vemos las cosas como son, sino de acuerdo al significado que les hemos dado. En esa comprensión radica uno de los secretos más profundos de la transformación personal.

 

 



Con afecto 

 

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Miguel Vladimir Rodriguez Aguirre

viernes, 18 de abril de 2025

“Hemos cambiado el amor por el deseo, la paz por la intriga y a Dios por el ego.” Parte III

Hoy concluimos con la tercera parte de esta trilogía de reflexiones, centrándonos ahora en uno de los conceptos más complejos, controvertidos y conflictivos. Por ello, considero importante advertir que las siguientes líneas no tienen como objetivo cuestionar ni invalidar ningún dogma ni credo; sin embargo, las ideas aquí planteadas podrían, en algún momento, entrar en tensión con sistemas de creencias religiosas establecidas. Si no deseas ir más allá, este texto probablemente no sea para ti, y te sugiero que detengas aquí la lectura. Pero si, por el contrario, eres un buscador, quizás estos párrafos te den algunas pistas para continuar tu camino.


“Dentro de nuestra limitada percepción, hemos hecho a Dios a nuestra imagen y semejanza.”


Para intentar comprender el concepto de Dios, debemos partir de un acto de sincera humildad: reconocer los límites de nuestro pensamiento humano. Nuestra lógica y nuestro razonamiento jamás podrán abarcar ni comprender plenamente a DIOS. Solo podemos aproximarnos ligeramente y obtener pequeñas nociones. Esto es fundamental, porque nunca tendremos verdades absolutas sobre este misterio; únicamente vislumbres.


Esto me recuerda una enseñanza del Maestro: “Buscar entender a Dios con el intelecto es como querer meter el océano en una cubeta: solo podrás verter una mínima cantidad de agua, la cual tomará la forma del recipiente que la contenga; sin embargo, esa agua no es el océano, ni tiene la forma del océano, y aun así, esa agua viene del océano y forma parte de él.”


Este acto de sincera humildad no es cómodo para nuestro razonamiento, no le gusta a nuestro ego, que cree tener el control de la vida y las circunstancias. La búsqueda de Dios ha perdido su atractivo en una sociedad inundada por el culto a la personalidad, la posesión y el poder. En un mundo donde el “yo” se ha convertido en protagonista absoluto, corremos el riesgo de alimentar un ego que ya no busca sentido, sino validación. Las redes sociales, la cultura del consumo, la obsesión por la imagen y el éxito individual refuerzan esta dinámica. Nos enseñan, muchas veces sin decirlo, que nuestro valor depende de cuántos nos ven, nos admiran, nos siguen.


Y cuando el ego ocupa el trono, el alma se queda sin altar. No porque esté mal querernos o reconocernos, sino porque olvidamos algo más grande: la comunidad, el misterio, el silencio, aquello que no se puede controlar ni monetizar.


Dios no es algo que esté fuera ni lejos de ti… sin embargo, solo mostrará la forma que tu conciencia quiera darle y tendrás solo la “verdad” que estás preparado para recibir.



 

 

 Con afecto 

 

Servir para Trascender

Miguel Vladimir Rodriguez Aguirre



  

viernes, 4 de abril de 2025

“Hemos cambiado el amor por el deseo, la paz por la intriga y a Dios por el ego.” Parte II




"El Maestro Sonríe, por la Paz que vive en Él, su experiencia le permite ver más allá de la apariencia engañosa, la palabra hueca o la acción mal intencionada, puede percibir la condición humana en sus semejantes, sus miedos, deseos, frustraciones, contradicciones y potencialidades"
.

Con el gusto de volver a contactar contigo, continuamos hoy con la segunda entrega de esta trilogía de publicaciones. Después de haber reflexionado sobre el amor, en esta ocasión nos detenemos ante otra palabra esencial, muchas veces olvidada o malinterpretada: la Paz.


Pero, ¿qué es realmente la Paz?

El Diccionario de la Real Academia Española la describe como la ausencia de conflictos entre países o personas, como armonía o estado de quietud. Y aunque estas definiciones no son incorrectas, apenas rozan la superficie de un concepto mucho más amplio, más profundo… más humano.


Para muchos, la Paz parece un ideal lejano, un estado reservado para personas mayores, filósofos retirados o religiosos contemplativos. Incluso puede parecer aburrida, como si vivir en paz implicara dejar de sentir pasión o dejar de involucrarse con el mundo.


Pero esa es una gran confusión.


La Paz no es ausencia de conflicto, es presencia de concienciaLa Paz verdadera no es una evasión ni una comodidad estéril,  es una fuerza serena, una lucidez que abraza, una certeza silenciosa. No se trata de que todo afuera esté en calma, sino de que uno haya encontrado un centro estable desde donde vivirY es que, cuando perdemos ese centro, reemplazamos la paz por la intriga. La intriga es el ruido del ego, la constante sospecha, la necesidad de defendernos, de controlar, de aparentar. Es la mente inquieta que no encuentra descanso porque ha perdido el contacto con el alma. La paz no nace del privilegio, sino de la comprensión. 


Vivimos tiempos de hiperconexión y de sobreinformación, pero también de profunda desconexión con lo esencial. Cambiamos la introspección por la opinión, la contemplación por el entretenimiento constante. Nos dejamos arrastrar por la intriga del día a día: lo que el otro dijo, lo que no respondió, lo que podríamos perder, lo que aún no conseguimos, y  sin darnos cuenta, le entregamos nuestra paz a nuestros miedos y expectativas. Dejamos que nuestra tranquilidad dependa del humor de otros, de los resultados, del reconocimiento, de la validación ajena.

 

Pero la paz verdadera no se encuentra afuera, se revela adentro.

Y no, no es una utopía, ni un cliché

Basta mirar la historia de la humanidad: desde tiempos antiguos, la paz ha sido un anhelo profundo del ser humano. La hemos invocado de múltiples formas: “Que la paz esté contigo”, “Ve en paz”, “En paz descanse”. Frases comunes, sí, pero cargadas de una aspiración espiritual: la búsqueda de una armonía que trasciende el conflicto, una reconciliación con la vida, con la muerte, con el otro, con nosotros mismos.

Tal vez el gran desafío no es encontrar la paz, sino recordarla.
Recordar que ya la conocimos y que l está en nosotros como una semilla esperando espacio, silencio, cuidado.


Te dejo unas preguntas para reflexionar

  • ¿Qué significado tiene para ti la palabra “paz”?
  • ¿Vives desde la paz o desde la intriga?
  • ¿Qué pensamientos, emociones o hábitos te alejan de tu centro?
  • ¿Qué podrías hacer hoy para cultivar un poco más de serenidad en tu vida?



El Maestro sonríe…
Y tú, ¿puedes hacerlo también?

No porque todo esté bien, sino porque estás en camino de volver a ti.
Ahí, justo ahí, comienza la verdadera Paz.


"Donde hay Fé hay Amor, donde hay Amor hay Paz, donde hay Paz esta Dios y donde esta Dios no falta"




Con afecto 

 

Servir para Trascender

Miguel Vladimir Rodriguez Aguirre

viernes, 28 de marzo de 2025

“Hemos cambiado el amor por el deseo, la paz por la intriga y a Dios por el ego. Parte 1”

 Siempre que tengo la oportunidad de escribirte, me lleno de gozo y emoción por la magia que crea la escritura y tu lectura. Si lo piensas bien, el hipotético lector o lectora de estas líneas no tiene idea del tiempo y espacio en que fueron escritas. De igual forma, el autor no tiene certeza alguna sobre si serán leídas, mucho menos sobre quiénes lo harán, y bajo qué circunstancias. Desconozco si estas reflexiones  te serán útiles, aunque mi intención es que te sirvan como elementos de reflexión y análisis para el desarrollo personal.

Hoy quiero compartir contigo una conclusión a la que he llegado en este punto de mi vida. Planteamiento que  aclaro, es limitado y generalizado sobre la forma en que como sociedad, estamos dando sentido a nuestra existencia, tomando en cuenta no solamente los discursos y narrativas vigentes, sino también los mecanismos que estructuran y moldean silenciosa pero efectivamente nuestro pensamiento y comportamiento social:

“Hemos cambiado el amor por el deseo, la paz por la intriga y a Dios por el ego.

Reflexionar sobre  los conceptos de Amor, Paz y Dios es complejo y nos llevaríamos muchas lineas, por lo que en esta publicación nos referiremos únicamente al amor y al deseo.

El amor es uno de los conceptos más hermosos, complejos y exigentes. Numerosos pensadores y filósofos han escrito sobre él, como Platón, Aristóteles, San Agustín, Spinoza, Kant, Nietzsche, Kierkegaard, Erich Fromm, Madre Teresa de Calcuta, Caroline Myss, entre otros. Aunque presentan diferencias en sus concepciones, desde mi perspectiva coinciden en cinco principios esenciales:

El primero es que el amor es una fuerza que trasciende todo razonamiento consciente, y de ella emergen la creatividad, el arte y la inspiración.

El segundo principio es que el amor es una decisión consciente. No debe confundirse el concepto de amor con el enamoramiento, ya que este último abarca únicamente una parte emocional del amor en pareja. Por tanto, al ser una decisión consciente, parte de un principio de voluntad libre, donde se busca el beneficio o la conexión con el Ser u objeto amado. Desde esta perspectiva, no se condiciona el acto de amar a un intercambio de beneficios.

Un tercer aspecto relevante sobre el amor es que conlleva la aceptación del objeto amado tal y como es. Por el contrario, si se pretende o condiciona el amor al cambio, entonces no se ama realmente al sujeto del supuesto amor, sino a una proyección ideal que se quiere imponer sobre el otro.

El cuarto principio sostiene que el amor requiere tiempo, tanto para su construcción como para su evolución. Se necesita tiempo para aceptar la totalidad del ser amado (tanto aspectos positivos como negativos) y decidir ejercer el acto de amar. Asimismo, el amor evoluciona al experimentar esa fuerza, lo que nos lleva al quinto principio: la trascendencia e influencia en las tres naturalezas del ser humano (física, racional y espiritual). Diversos estudios han demostrado la influencia positiva que tiene en nuestro cuerpo y mente ejercer o ser testigos de actos genuinos de amor. Basta con recordar momentos en que aceptamos algo sin juzgar o buscamos el bien del otro sin esperar nada a cambio.

Hoy en día, la sociedad no reconoce el ejercicio de esta concepción profunda del amor por una razón sencilla: no vende, no es económicamente rentable. El amor es un acto libre, sin ataduras ni intereses, salvo el propio acto de amar. En cambio, la misma sociedad ha disfrazado el deseo de amor, ya que el deseo, al ser un condicionamiento mental, resulta económicamente muy rentable. El deseo solo reconoce el placer en su logro, no en el proceso. El deseo siempre busca reciprocidad y no se elige conscientemente; más bien se impone desde nuestra construcción social. Bajo esta visión, somos seres encadenados a deseos culturalmente impuestos, dedicando nuestra existencia a satisfacerlos para obtener breves momentos de placer.

-¿Sois libres? -Preguntaba el Maestro- si es así, entonces, despojate de todos tus deseos y sigueme…  


Con afecto 

 

Servir para Trascender

Miguel Vladimir Rodriguez Aguirre

viernes, 14 de marzo de 2025

El arte de ser uno mismo: La sabiduría de Ralph Waldo Emerson

Hace algunos días   analizaba con mis estudiantes de Licenciatura el pensamiento de Ralph Waldo Emerson específicamente su ensayo “Cree en ti”, escrito que en su momento me fue recomendado por el Dr. Alejandro Ariza, y que actualmente  recomiendo como una lectura  básica para el desarrollo humano personal. Hoy te quiero compartir algunas reflexiones sobre este texto.


En un mundo que nos empuja constantemente a encajar, a seguir tendencias y a buscar validación externa, la voz de Ralph Waldo Emerson resuena como un llamado a la autenticidad radical. Su filosofía, centrada en la confianza en uno mismo y la integridad personal, nos invita a explorar nuestro propio rayo de luz interior y a vivir desde la verdad de nuestro ser. Pero, ¿cómo lograrlo en una sociedad que premia la conformidad y castiga la diferencia?


"El hombre debería aprender la manera de buscar y estudiar ese rayo de luz que partiendo de lo más profundo de su ser, atraviesa su espíritu...". Estas palabras de Emerson nos recuerdan que dentro de cada uno de nosotros existe una chispa única, una verdad que es solo nuestra. En lugar de mirar afuera en busca de dirección, ¿qué pasó si miramos dentro? La intuición, ese susurro interior que nos dice lo que realmente deseamos y creemos, es una guía mucho más confiable que cualquier dogma externo.


Para Emerson, "nada hay sagrado sino la integridad de vuestra propia conciencia". A menudo, nos debatimos entre lo que creemos correcto y lo que el mundo espera de nosotros. Pero la verdadera paz no se encuentra en la aprobación externa, sino en la coherencia entre nuestros principios y nuestras acciones. Pregúntate: ¿vives de acuerdo a tu verdad o según las expectativas ajenas?


Ser fiel a uno mismo tiene un precio. La sociedad, acostumbrada a patrones y normas, rara vez comprende a quienes se atreven a desafiarlos. "Ser grande implica ser incomprendido", afirma Emerson, y es un recordatorio de que aquellos que han cambiado el mundo -artistas, pensadores, innovadores- fueron muchas veces ridiculizados antes de ser reconocidos. No temas si tu camino es diferente; la autenticidad suele ser solitaria, pero también liberadora.


Vivimos atrapados entre el peso del pasado y la incertidumbre del futuro, olvidando que lo único real es el ahora. "Vive hoy, y absorbe el pasado y el porvenir en la hora presente". Este consejo es una invitación a soltar culpas y preocupaciones, a enfocarnos en lo que podemos hacer aquí y ahora para vivir con mayor plenitud.


Emerson afirma que "el hombre que se ayuda a sí mismo, es amado de los dioses y de los hombres". Cuando dejamos de buscar afuera lo que solo podemos encontrar dentro, descubrimos una fortaleza inmensa. La autosuficiencia no significa aislamiento, sino confianza en que poseemos todo lo necesario para crear nuestra propia felicidad. ¿Te has preguntado cuánto poder has entregado a la opinión de otros?

La mayor revolución personal es la de aceptarnos tal como somos, sin necesidad de validación externa. "¿Qué es amarse a sí mismo?", pregunta Emerson. Quizá la respuesta esté en dejar de imitaciones, en honrar nuestros talentos y en comprender que la paz no viene del exterior, sino de la armonía interna; es por ello que hoy quiero  recordarte una gran Verdad para terminar estas apresuradas líneas, esperando que resuene en tu corazón tanto como resonó en el mio, “no hay mayor fuente de autoestima y de confianza en uno mismo que reconocerse como un(a) hijo(a) de Dios”, ¿Te das cuenta de lo que esto significa? ¿Qué necesitas hacer o demostra cuando provienes del Infinito Amor e Inteligencia del creador? 

 

"Si me quieres encontrar no cometas el error de buscarme en el mundo de las apariencias, búscame en lo profundo de tu corazón"

 

Con afecto 

 

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Miguel Vladimir Rodriguez Aguirre

 

viernes, 7 de marzo de 2025

“En un mundo inundado de información irrelevante, la claridad es poder.”

 “En un mundo inundado de información irrelevante, la claridad es poder.”

—Yuval Noah Harari

Después de una semana agotadora, no hay nada más reconfortante que un viernes en casa. Si bien es cierto que este disfrute es fruto de los años recorridos, hoy ha sido diferente. Un llamado a escribirte, estimado(a) lector(a), ha convertido este viernes en una noche especial.

Hoy quiero compartir contigo una reflexión y un regalo que he estado madurando durante algunas semanas. La reflexión está relacionada con el mundo actual, con el momento y los desafíos que nos toca vivir. Uno de ellos es la sobrecarga de información en la que estamos inmersos. Es asombroso observar cuánta información se genera todos los días. Prácticamente cualquier persona con un dispositivo y acceso a internet puede producir contenido. Esto representa una gran ventaja, pero también un gran riesgo.

La ventaja radica en no depender de los medios tradicionales, que durante años monopolizaron la difusión de información, y en la posibilidad de democratizar el conocimiento y fomentar la libre expresión sobre casi cualquier tema. Sin embargo, los riesgos son enormes cuando la información generada carece de conciencia y responsabilidad por parte de quienes la producen, sean individuos, organizaciones o sociedades enteras.

Hoy estamos inundados de información sesgada, tendenciosa y carente de sustento científico o académico en muchos temas sensibles. Paradójicamente, esto ha llevado a una mayor polarización de opiniones, menos tolerancia hacia quienes piensan diferente y una creciente confusión en asuntos cruciales.

En este contexto, la frase de Yuval Noah Harari cobra aún más sentido: “En un mundo inundado de información irrelevante, la claridad es poder.” Entonces, ¿cómo podemos generar claridad de pensamiento en este mar de información irrelevante? Sin duda, ser selectivos con lo que consumimos y conservar solo la información y el conocimiento que realmente nos aporten valor es clave en esta construcción de claridad.

Marcos Emowe, en su libro Leer es perder el tiempo, menciona que una forma de controlar tu vida es controlando la información que te rodea. Si esto es cierto, ¿cómo podemos gestionar la abrumadora cantidad de información que nos llega a diario? La respuesta está en desarrollar un Sistema de Gestión del Conocimiento Personal (SGCP).

Este planteamiento no es nuevo. A lo largo de la historia, los grandes genios han desarrollado sus propios sistemas para organizar y procesar el conocimiento. En los últimos años, autores como David Allen y Tiago Forte han propuesto métodos similares para estructurar este tipo de información de manera efectiva.

Personalmente, llevo años trabajando en este fascinante tema y he desarrollado un taller para ayudarte a construir tu propio SGCP. Como agradecimiento por leerme y seguir a Infinitólogos, quiero compartirte totalmente GRATIS la grabación de este curso-taller.

Aquí tienes el enlace al video de la primera parte del taller. La segunda parte la estaré subiendo la próxima semana.

Si crees que este contenido puede ser útil para alguien más, te invito a compartirlo con tus amigos y conocidos. Tu participación es fundamental para seguir difundiendo información de valor.

Espero que disfrutes y aproveches el taller al máximo. Déjame tus comentarios e impresiones sobre esta publicación y sobre la primera parte del curso. ¡Me encantará leer tu opinión!





Con afecto 

 

Servir para Trascender

Miguel Vladimir Rodriguez Aguirre


sábado, 25 de enero de 2025

La Espada de Doble Filo: Razonamiento y Acción en Equilibrio

  

El pensamiento, cuando no se traduce en acción, se convierte en fantasía; una serie de ideas sin ancla que flotan en el mar de lo irreal, por otra parte cuando la acción, carece de razonamiento, puede llevarnos al caos, convirtiendo lo que parecía una decisión espontánea en un verdadero infierno…


Cierto día un discípulo le pregunto a su maestro sobre la clave para encontrar el equilibro entre el pensamiento y la acción, a lo que el mentor le respondió  “aprende a usar la espada de doble filo” 

El poder del razonamiento: el filo que guía

El pensamiento es como el filo de una espada afilada. Nos permite analizar, planificar y prever los resultados de nuestras decisiones. Sin embargo, muchas veces, este filo puede volverse en nuestra contra cuando lo usamos en exceso. Reflexionar demasiado puede paralizarnos. Nos quedamos atrapados en el "y si..." y el miedo a equivocarnos nos detiene antes de dar el primer paso.


La clave está en usar este filo con valentía. Pensar no solo para imaginar lo que podría suceder, sino para trazar un camino claro hacia la acción. Pregúntate: ¿Estoy pensando para avanzar o para evadir el siguiente paso? Si descubres que tu razonamiento se ha convertido en un refugio cómodo, es momento de dar el salto. Recuerda, el propósito del razonamiento no es protegerte del fracaso, sino prepararte para enfrentarlo con sabiduría.


El impulso de la acción: el filo que transforma

Por otro lado, la acción es la herramienta que da forma al mundo. Nada cambia sin movimiento. Sin embargo, la acción descontrolada, sin el balance del razonamiento, puede llevarnos por caminos oscuros. ¿Cuántas veces hemos tomado decisiones apresuradas solo para descubrir, demasiado tarde, que actuamos sin pensar?


El secreto está en usar este filo con prudencia. Antes de lanzarte, pregúntate: ¿Estoy actuando desde la claridad o desde la impulsividad? Tómate un momento para conectar con tus intenciones. No se trata de frenar la acción, sino de dirigirla. La prudencia no es un obstáculo, es una brújula que asegura que cada paso tenga un propósito.


La verdadera maestría radica en aprender a usar ambos filos de la espada con destreza. El razonamiento y la acción no son enemigos; son aliados en el arte de vivir con intención. Uno guía, el otro ejecuta. Cuando el pensamiento se atreve a convertirse en acción, y la acción se enriquece con el razonamiento, somos capaces de crear una vida en equilibrio.


La vida nos ofrece esta espada de doble filo no para temerla, sino para dominarla. Usa el razonamiento con valentía y la acción con prudencia, y descubrirás que no hay reto demasiado grande ni meta inalcanzable.


Pregúntate hoy: ¿Estoy usando mi pensamiento como una herramienta para avanzar o como una excusa para no actuar? ¿Estoy tomando acción desde la claridad o desde el impulso? La respuesta a estas preguntas puede cambiar el curso de tu vida.

Al final, lo que realmente define nuestro camino no es solo la calidad de nuestras ideas ni la cantidad de nuestras acciones, sino cómo logramos armonizar ambas fuerzas. La espada es poderosa, pero solo en las manos de quien aprende a usarla con sabiduría. ¿Estás listo para tomarla?



 

Con afecto 

 

Servir para Trascender

Miguel Vladimir Rodriguez Aguirre






sábado, 11 de enero de 2025

El Reto de Educar en los tiempos actuales.


 La Educación es por definición uno de los fenómenos sociales con mayor complejidad de análisis y ejecución debido a los diferentes factores que en ella influyen, uno de estos  es  la evolución de la cultura, así como la transmisión y comunicación de la  información y conocimiento, elementos han influido enormemente en la historia de la humanidad así como en los diferentes movimientos sociales, políticos y bélicos, tal y como lo menciona   Charles Van Dore en su libro "La breve historia del saber"  en donde afirma que existieron dos grandes explosiones del conocimiento en la historia de la humanidad, la primera en Grecia en el 800 a.C. con la invención del alfabeto que dio la posibilidad de  poder registrar  fielmente el pensamiento y  conocimiento por medio de la escritura trayendo con   esto un desarrollo exponencial en la filosofía, ciencias y artes, la segunda explosión  inicia en el siglo XV con la invención de la imprenta por Johannes Gutenberg en 1440, lo que contribuyó a la producción en masa de libros y con ello una exponencial difusión del pensamiento, filosofía, ciencia y arte  emergente influyendo en el desarrollo del  pensamiento del periodo conocido como la  Ilustración y por ende catalizador de las diferentes revoluciones sociales y políticas de este tiempo.


Hoy en pleno 2023 estamos viviendo la tercera explosión del conocimiento empujado por el internet,  las tecnologías de la comunicación e información y recientemente la Inteligencia Artificial  que hacen posible el acceso, la generación y divulgación de información de manera casi instantánea; ante este cambio la evolución en las practicas económicas, políticas, sociales, culturales se han acelerado de manera vertiginosa, sin embargo, en el ámbito educativo esto no ha sido así; entonces convendría preguntarnos ¿Cuáles son los  motivos por  los cuales los  cambios en educación han sido tan lentos? y ¿Cuál sería el cambio o evolución en educación que necesita la sociedad actual?

El primer punto que quiero abordar para dar respuesta a estos cuestionamientos desde una perspectiva exclusivamente  pedagógica es la llamada inercia del pasado que se menciona en el texto "La enseñanza en el siglo XXI" en donde se señala que "hay en las aulas con  una tremenda inercia, una inercia de siglos, que pesa toneladas, y que en pocos casos se logra vencer" este elemento constituye un interesante punto de análisis,  debido a que los seres humanos por naturaleza tendemos a reproducir esquemas o relaciones sociales con las cuales fuimos formados,  en este sentido el acto educativo y los roles de sus actores son sumamente influenciados por las prácticas y esquemas de la experiencia previa;  y a pesar de que  en algunas escuelas se han dotado de  internet y  tecnologías educativas, el  rol del docente como el actor principal en el proceso educativo, y del estudiante como receptor y repetidor de  información ha cambiado muy poco a pesar de la reformas curriculares educativas  que se han llevado a cabo en los últimos sexenios.


La educación en México se ha quedado corta y en muchas ocasiones desfasada en comparación a los  cambios sociales que el mundo digital ha acelerado, el mito de la escuela como la única puerta hacia el  conocimiento ha quedado desbancado, la creencia  de mejores ingresos y oportunidades al que estudia más ha sido  desmitificada; es por ello  que la práctica educativa ocupa urgentemente romper esa "inercia de la costumbre" para reinventarse y adaptarse a los tiempos actuales donde "el papel principal de la escuela sea guiar al estudiante para que sepa seleccionar con criterio información, interpretarla y utilizarla de un modo que tenga sentido en un  campo especifico", lograr  lo anterior implica nuevas competencias en las maestras y los maestros que implica la actualización en las nuevas tecnologías, diseño de una pedagogía de aprendizaje  situada, que contribuya al desarrollo del pensamiento crítico y habilidades, esta necesidad demanda a la y al  docente un trabajo más complejo,  ya no es suficiente  difundir el conocimiento sino que se debe diseñar experiencias de aprendizaje utilizando los recursos del mundo actual, para guiar a los estudiantes en la construcción de su aprendizaje desde su individualidad. Sin embargo las jornadas laborales de los docentes siguen igual, no se han destinado tiempos y espacios suficientes para que las y los maestros puedan planear, evaluar y diseñar practicas educativas que cumplan con las necesidades sociales actuales, “una dinámica más compleja supone más tiempos y recursos” razonamiento que no ha sido debidamente valorado hasta el momento  por las autoridades educativas y por ende ha impedido generar las condiciones para una verdadera educación del siglo XX, sin bien es cierto que existe un sinnúmero de resistencia de facto al cambio educativo de diferentes índoles, el avance del mundo digital y el cambio en la forma en como vemos e interpretamos el mundo seguirá avanzando y la educación no puede por el bien de nuestra sociedad seguir tan rezagada.


El reto es complejo tanto para autoridades, docentes, alumnos y padres de familia; la peor decisión sería seguir en la zona de confort  con las prácticas de siempre o en la simulación permanente, sin embargo, de no emprender esta evolución educativa corremos el riesgo de que el pensamiento, los valores y  las prioridades humanas estén determinadas por los medios digitales cuyo principal objetivo no es el desarrollo y la felicidad humana sino promover el consumo y la difusión de ideas convenientes como medio de control del pensamiento humano

 

 


Con afecto 

Servir para Trascender
Miguel Vladimir Rodriguez Aguirre




Referencias: 

Reimers, F. M., & Chung, C. K. (2016). Enseñanza y aprendizaje en el siglo XXI: Metas, políticas educativas y currículo en seis países

Van Doren, C. (2006). Breve historia del saber: La cultura al alcance de todos (C. Casanova, Trad.). Editorial Planeta. (Trabajo original publicado en 1991)

 

La Sagrada Curiosidad

  —¿Qué es más importante: la pregunta o la respuesta? —preguntó el Maestro con voz profunda y seria. Nadie respondió. Entonces el Maestro p...