El estudio de la naturaleza de la vida es fascinante de muchas formas y perspectivas. Adentrarse en estos misterios, es iniciar el camino del descubrimiento y construcción de muchos patrones ocultos no conceptualizados, con los cuales interactuamos sin saberlo prácticamente, desde que la chispa de la vida empezó a latir en el vientre de nuestra madre.
Algunos de estos patrones son sin duda los ciclos, presentes en muchas formas en la naturaleza y en la vida misma, lo curioso es que lo permanente y natural es invisible para la mente no despierta. Los ciclos son una clara muestra de ello, desde las estrellas, la naturaleza, el cuerpo humano, la mente y los niveles de conciencia, nuestra experiencia transita por la autopista de los ciclos.
Si queremos definir el concepto de ciclo de una manera sencilla, podemos exponer que son una
serie de fases de un determinado fenómeno, desde su origen hasta su fin que se renuevan constantemente. Bajo este concepto identificamos algunos ciclos muy representativos: las estaciones del año, el ciclo lunar, el ciclo menstrual, el ciclo de mareas, el biorritmo, entre otros tantos.
Sin embargo, también en nuestra experiencia personal tenemos ciclos, desde el desarrollo de tu cuerpo, tus capacidades y facultades, así como la misma experiencia. Hoy, dedico estas líneas a un ciclo personal que está por concluir en mi experiencia, específicamente en lo profesional. Te puedo compartir que creí su término hace ya algunos años y para sorpresa de quien esto escribe no fue así, el destino tenia otros planes, por lo que se renovó, prosiguiendo la bendita experiencia de vivirlo un tiempo más. Hoy, que por muchas circunstancias y hechos se ve cercano el ocaso, parece ser que el ciclo se ha completado, por lo que solo puedo agradecer a ABBA la oportunidad de haberlo vivido. Realmente no me he quedado con nada en el sentido de poner el esfuerzo y mis limitadas capacidades al servicio de los demás, las lágrimas, la risas, las mentadas de madre y las oraciones, han sido parte de esta extraordinaria experiencia, en la que hemos compartido dicha y sufrimiento con much@s compañer@s, así como reclamos, agradecimientos, angustias y paz.
Hoy, sé que el destino tiene otros planes, y aunque mi ego se disfrace de nostalgia, de merecimiento y búsqueda de progreso, sé que llegó el momento de volver a la esencia, al motivo, a la labor que se tiene que realizar, es por ello que muchos proyectos personales están por florecer, infinitologos es uno de ellos, que esperan tiempo y esfuerzo para cobrar vida, poder crecer y aportar ese granito de arena a los demás.
No cabe duda que los ciclos de experiencia son los grandes maestros de la vida, hay que agradecer cuando llegan, aprender mientras duran y cerrarlos cuando terminan, para así, permitir energéticamente que nuevos ciclos lleguen a ti para cumplir con su finalidad.
Gracias querido lector, querida lectora por tu paciencia durante la ausencia de publicaciones de estas líneas por un buen periodo de tiempo. Hoy retomamos el encargo de compartir la visión de que sólo el cambio personal, cambia vidas; tenlo siempre presente.
Solo el capitán del barco puede llevarlo a buen puerto, aunque te enfrentes a un mar embravecido o la peor de las tormentas. Tú tienes en tus manos el timón de tu vida, tu eliges si das un golpe de timón, si abres o repliegas tus velas, esa es la bendita Bendición de
elegir y vivir los resultados de las decisiones que tomamos.
Si por otro lado decides cerrar los ojos y retirar tus manos del timón para seguir hechando culpa y maldiciendo a la mar y a la tormenta por tu mala suerte, estás en la libertad de hacerlo, solo ten presente que la mar y la tormenta siempre dictarán tu destino.
Me encuentras en:
Facebook como: Infinitologos.
Instagram: Infinitologos_
Blog: infinitologos.blogspot.com
Mail: infinitologos@gmail.com
Podcast: Infinitologos en Spotify y Apple Podcast